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15 junio, 2013

LA PROTESTA UNIVERSITARIA



EL AGUIJÓN
LA PROTESTA UNIVERSITARIA
POR: ARTURO MOLINA
@jarturomolina

         La protesta es un derecho consagrado en la Constitución Nacional, y se hace uso de ella, después de haber agotado los canales regulares en el reclamo a realizar; el sector universitario diligenció ante las autoridades del Gobierno Nacional (sector universitario), se revisará el salario percibido por los profesores de este sector, al tener años sin recibir homologación alguna, y habían esperado con paciencia y responsabilidad ser escuchados, al igual que la deficiencia presupuestaria institucional.

         Las autoridades del Ministerio del Poder Popular para el sector Universitario, lanzaban respuestas tímidas, con reconocimientos espurios, llenos de aforismos, con permanentes descalificaciones, negando la representación gremial y excluyéndolos de cualquier discusión, por pensar distinto al oficialismo; demostración inequívoca de lo dividido del país, aupado por el Gobierno, para mantener la diatriba y así a su lado, a algunos sectores llamados revolucionarios.

         La educación en todos sus niveles ha sido penetrada con tal desfachatez por la partidización; representada esta por pensamiento único; universidad de rodillas; intelectuales exterminados. La universidad deja de ser el centro del debate; el espacio para la formación y el desarrollo de las ideas; el núcleo para reafirmar la pluralidad y los valores democráticos; el centro de acción donde se pulen los futuros gerentes del país.

         Intenta con ello el Gobierno Nacional generar robots; seres sin pensamiento; sin capacidad para disentir u obligados a no hacerlo; castrando lo más hermoso del ser humano, su capacidad de ser libres, autónomos, independientes; pero una cosa ha pensado el oficialismo y otra es la realidad expresada en la juventud y en las universidades.

         Los docentes universitarios se cansaron del maniqueísmo, la burla, la descalificación, el desconocimiento y decidieron salir a protestar; lo hicieron con respeto; consultaron a sus bases y estudiantes; plantearon la realidad existente y las respuestas obtenidas; la solidaridad de estudiantes y la sociedad no se hicieron esperar.

         Los docentes realizaron clases magistrales y protestaron cívicamente en la calle, con un pote en la mano, para mostrar la miseria de salarios percibidos; declararon la huelga de hambre, los estudiantes les acompañan, algunos se han cosido la boca, como radicalización de la protesta, para ver si son escuchados; pero las respuestas siguen siendo ambiguas. Sin embargo, los estudiantes innovando la protesta, han elaborado muñecos para expresar su descontento; los han colocado en sitios visibles (sin dañar a nadie), y los gobernantes, sean estos nacionales o regionales, se los han quitado.

         A estas críticas cívicas, constitucionales, se han presentado algunos hechos aislados, que bien vale la pena hacer comentario. La quema de vehículos oficiales en las cercanías de los centros universitarios en protesta, no parece ser una acción de los estudiantes; se asemeja a una estrategia, elaborada con la finalidad de criminalizar a los indignados y evitar el apoyo de la sociedad a la misma; de ello deben estar atentos estudiantes y profesores, para desenmascarar a los saboteadores.

         La universidad seguirá integrando a la juventud en valores democráticos, con ética, moral y responsabilidad intelectual; con respeto hacia los demás; efectivos en la formación de generaciones aptas para la conducción política, social, económica y cultural del país; sus profesores tienen el derecho a reclamar por reivindicaciones justas para el sector, y los estudiantes a exigir calidad en la educación.

La guillotina auspiciada por el Gobierno Nacional para exterminar la diversidad del pensamiento en las universidades, sólo le servirá para su propia castración, y esta es posible en el reino de los ignorantes. Viva la universidad; vivan los profesores; vivan los estudiantes; viva el pensamiento plural.