EL AGUIJÓN
SUMEMOS VOLUNTADES
POR: ARTURO MOLINA
Los regímenes de terror establecidos en Venezuela durante las
dictaduras de caudillos devenidos en militares por obra de la guerra, parece es
la herencia asumida por algunos militares de carrera profesional, quienes
sienten que los civiles les arrancaron el poder y requieren de su retorno, para
apalancar su visión de patria, soberanía y obediencia.
La sociedad civil ha luchado contra infortunios de esa
naturaleza. La historia registra escenarios variados para permitir a la familia
venezolana el establecimiento del sistema de libertades. Las cárceles han sido
testigos de la presencia de hombres y mujeres a quienes les privaron su
libertad por solicitarla para el pueblo. Se han empuñado las armas y asesinado
a civilistas, para acallar sus voces contra el abuso y el exceso de la bota
militar.
Civiles en el poder se han prestado de igual forma para que
algunos militares enroscados con el alto mando, decidan lo que les parece en la
patria de Bolívar, utilizando los medios de imposición gubernamental, como
elemento articulador de la manipulación social.
Hoy se acomodan elecciones parlamentarias a gusto del régimen.
Se establecen datos y registros poblacionales sin pudor alguno, en aras de asegurar el control de los ciudadanos en lugares y sectores vulnerables.
El actual presidente del Parlamento Nacional (de carrera
militar-golpista) decide quienes nombran a representantes del Parlamento
Latinoamericano, (consigue para ello los borregos que levanten la mano,
mientras los representantes de la Institucionalidad venezolana mantienen total
silencio), intentando emular a los caudillos militaristas del pasado, devenidos
en Presidentes de la República, quienes imponían los diputados y estos a su vez
le nombraban en el cargo presidencial.
La sociedad se siente acorralada por esa clase de militares y
civiles; busca salir de ese atolladero, pero no consigue el camino. Las
protestas son silenciadas con normativas inconstitucionales. La administración
de justicia ha sido confiscada por ciudadanos desesperados por el cargo y la
limosna dada. La dadiva ha hecho posible el
milagro de llevar a funcionarios de escasos niveles morales y éticos a
la dirección de ilustres instituciones, para ser serviles de las causas
contrarias al interés nacional.
La oportunidad de darle un parado a las marramucias de la
clase gobernante está a la vuelta de la esquina. Las elecciones a la Asamblea
Nacional requieren de la participación masiva y decididamente de los ciudadanos.
No hay trampa, ni manipulación de datos u acomodos de circuitos que valga, si
el pueblo sale a votar y a buscar el cambio. Lograr ese propósito requiere de
desprendimiento y rectificación.
Restablecer el sistema de libertades requiere de la
inclusión. La Venezuela de hoy no acepta ambigüedades, secuestros de las
decisiones y arrogancia de sus dirigentes. Quienes se oponen a este régimen son
muchos, y en consecuencia no se puede confiscar la participación de la mayoría
para beneficios particulares. Las elecciones de base en todos los circuitos y
listas para que el pueblo decida quienes deben ser sus representantes de la Alternativa
Democrática en la Asamblea Nacional, son una necesidad. Sumemos voluntades.
@JARTUROMS1 jarturomolina@gmail.com
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