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17 abril, 2015

SUMEMOS VOLUNTADES

EL AGUIJÓN
SUMEMOS VOLUNTADES
POR: ARTURO MOLINA

Los regímenes de terror establecidos en Venezuela durante las dictaduras de caudillos devenidos en militares por obra de la guerra, parece es la herencia asumida por algunos militares de carrera profesional, quienes sienten que los civiles les arrancaron el poder y requieren de su retorno, para apalancar su visión de patria, soberanía y obediencia.

La sociedad civil ha luchado contra infortunios de esa naturaleza. La historia registra escenarios variados para permitir a la familia venezolana el establecimiento del sistema de libertades. Las cárceles han sido testigos de la presencia de hombres y mujeres a quienes les privaron su libertad por solicitarla para el pueblo. Se han empuñado las armas y asesinado a civilistas, para acallar sus voces contra el abuso y el exceso de la bota militar.

Civiles en el poder se han prestado de igual forma para que algunos militares enroscados con el alto mando, decidan lo que les parece en la patria de Bolívar, utilizando los medios de imposición gubernamental, como elemento articulador de la manipulación social.

Hoy se acomodan elecciones parlamentarias a gusto del régimen. Se establecen datos y registros poblacionales sin pudor alguno, en aras de asegurar el control de los ciudadanos en lugares y sectores vulnerables.

El actual presidente del Parlamento Nacional (de carrera militar-golpista) decide quienes nombran a representantes del Parlamento Latinoamericano, (consigue para ello los borregos que levanten la mano, mientras los representantes de la Institucionalidad venezolana mantienen total silencio), intentando emular a los caudillos militaristas del pasado, devenidos en Presidentes de la República, quienes imponían los diputados y estos a su vez le nombraban en el cargo presidencial.

La sociedad se siente acorralada por esa clase de militares y civiles; busca salir de ese atolladero, pero no consigue el camino. Las protestas son silenciadas con normativas inconstitucionales. La administración de justicia ha sido confiscada por ciudadanos desesperados por el cargo y la limosna dada. La dadiva ha hecho posible el  milagro de llevar a funcionarios de escasos niveles morales y éticos a la dirección de ilustres instituciones, para ser serviles de las causas contrarias al interés nacional.

La oportunidad de darle un parado a las marramucias de la clase gobernante está a la vuelta de la esquina. Las elecciones a la Asamblea Nacional requieren de la participación masiva y decididamente de los ciudadanos. No hay trampa, ni manipulación de datos u acomodos de circuitos que valga, si el pueblo sale a votar y a buscar el cambio. Lograr ese propósito requiere de desprendimiento y rectificación.

Restablecer el sistema de libertades requiere de la inclusión. La Venezuela de hoy no acepta ambigüedades, secuestros de las decisiones y arrogancia de sus dirigentes. Quienes se oponen a este régimen son muchos, y en consecuencia no se puede confiscar la participación de la mayoría para beneficios particulares. Las elecciones de base en todos los circuitos y listas para que el pueblo decida quienes deben ser sus representantes de la Alternativa Democrática en la Asamblea Nacional, son una necesidad. Sumemos voluntades.
@JARTUROMS1                                                                                           jarturomolina@gmail.com
                        TRINCHERA TACHIRENSE: www.jarturomolina.blogspot.com

16 abril, 2015

PRIORIDADES DE MADURO

Prioridades de Maduro

Por Claudio Fermín

Los anaqueles siguen vacíos. Casi nada se consigue en los mercados. Las farmacias sin medicinas. Los talleres mecánicos no saben qué decirle a sus clientes porque tampoco hay repuestos. La matazón se multiplica y manda el malandraje. Así es la vida en Venezuela.

Pero nada de eso está en la agenda diaria del gobierno. Desde hace semanas toda la concentración de Maduro, los ministros y otros altos funcionarios, como también los distintos comandos militares, estuvo puesta en la recolección de firmas para protestar a Obama.

A los jerarcas del oficialismo se les fue la vida en buscar esas firmas. Cada funcionario muestra con orgullo las rúbricas que en su oficina se consignaron. Cada uno quiere superar al otro y demostrar su capacidad de convocatoria. Se toman fotos, hacen ruedas de prensa, festejan sus éxitos como firmantes.

Transmitieron en esas faenas una mística especial, esa que ni por asomo se ha notado en el combate a la violencia y a la inseguridad. Si le hubiesen dedicado un entusiasmo parecido a buscar soluciones a la crisis de los servicios públicos, nuestras ciudades no estarían a oscuras ni repletas de basura.

Los peces gordos sancionados por un decreto del Presidente de los Estados Unidos de América tienen altísima influencia sobre Maduro. Mandan de verdad. El gobierno sólo se ha dedicado desde hace unas semanas a desviar el debate para que la gente olvide que fueron gravísimas violaciones a los Derechos Humanos y oscuros hechos de corrupción lo que causó el decreto de Obama. 

Ninguna atención presta Maduro al problema del Esequibo. Abandonaron por completo nuestra justa reclamación del territorio que nos fuera arrebatado por los ingleses.

No presenta el gobierno solución alguna al desabastecimiento que trastorna a la familia venezolana. Las bandas parecen tener más armamento que la policía y el plan desarme ha sido una burla más.

Se han dilapidado millones de dólares en centenares de boletos aéreos, reservaciones de hoteles, viáticos y demás prebendas, para que activistas del PSUV y burócratas de todos los rangos se mudaran por unos días a Panamá a hacer bulla y rodear a Maduro de un liderazgo popular que sólo existe en el libreto de ese montaje hecho con los dineros públicos.

Se ha gastado una millonada en contratación de artistas, cuñas de televisión y de radio para presentar a Maduro como un gigante que pone a Obama en dificultades.

Todo es un disparate: se deleitan en empeorar las relaciones con el país que paga el petróleo puntualmente y a precio de mercado, mientras se hacen los locos con la ocupación de nuestro territorio por Guyana.

En vez de haber usado la Cumbre diplomática de Panamá para garantizarle mercado a nuestros productores y cobrar las multimillonarias deudas que muchos de los países asistentes al evento tienen con Venezuela, todo el esfuerzo se puso en pelearse con el que debería ser un gran socio comercial de nuestro país.

Esos sancionados por pisotear los Derechos Humanos de verdad tienen poder. Ni las presiones de un país tan poderoso como los Estados Unidos de América les hicieron mella. No ha habido manera de que aquí se les abra una investigación. Por lo contrario, se les designó como ministros, viceministros y comisionados del presidente de la República.

Si de algo ha servido esta circunstancia es para que los venezolanos tengamos claro que la prioridad de Maduro es defender y proteger a esos grupos. Ocuparse de los problemas de las mayorías no está en su lista de asuntos pendientes.