EL AGUIJÓN
TULULUM-TULULUM
POR: ARTURO MOLINA
La decadencia, abuso, despilfarro, delincuencia, corrupción,
bachaqueo, traición a la patria, nacieron y multiplicaron en manos de
gobernantes poseedores en abundancia de ignorancia, odio, rencor, ingratitud, envidia,
egoísmo y ausencia de sentido de pertenencia, patentizadas por la llamada
revolución siglo XXI.
La pertinente ética y moral política para el manejo de los
asuntos públicos y privados, fue desechada como cualquier toalla sanitaria que
ya ha cumplido su uso. El derroche del dinero de los venezolanos, se convirtió
en la leche para los desnutridos gobiernos de otros países que pululan cual
zamuro, para entrar a comer del guiso.
En nombre de la pobreza se generaron estrategias maquilladas
para multiplicarla en cientos de miles, incluso, imponiendo el hambre para arrodillar
a los ciudadanos con el regalo de las migajas. Las instituciones entraron en
shock y sus funcionarios en parálisis por el terror impuesto. A los militares
los convirtieron en bodegueros y desampararon las fronteras para que fueran
controladas por grupos irregulares.
La angustia se transformo en tristeza. El desorden creció
como el río desbocado ante la arremetida de agua buscando espacio para su
tránsito, arrastrando consigo todo a su paso. En esos escenarios se mueve lo
que fue la República de Venezuela. La convirtieron en el estiércol fértil para
las corruptelas de cúpulas que se entienden sin importar su gente e
institucionalidad.
El resquebrajamiento institucional lo consagran con la
presencia de insensatos para alardear de su desfachatez, exhibiéndose como
ganadores de un trofeo apetecido. La locura invade el espacio y la inmediatez
se apodera de los débiles.
Las Leyes pisoteadas, los derechos restringidos, la
impotencia creciendo y el rancho ardiendo. La sobredosis de sol por las colitas
sabrosas programadas por el régimen, no sólo marchitan la piel, sino acumulan
la rabia, transformándose en un volcán a punto de ebullición.
El dique de contención parece no ser suficiente para dominar
el impulso de la ola que promete convertirse en tsunami en cortísimo tiempo. El
abuso crece y los ciudadanos comienzan a tomar la Ley pos sus manos. Suena algo
así a: TULULUM-TULULUM.
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