EL AGUIJÓN
¿AHORA
QUÉ?
POR: ARTURO MOLINA
Pasadas las elecciones de
Concejales 9D-18 en Venezuela, y con histórico abstencionista rondando el 88%
según cifras aportadas por @Meganalisis, con irrisoria participación del 12%,
suficiente para que barrieran los candidatos del socialismo siglo XXI en todo
el territorio nacional, es abrumador y ensordece el silencio palpitante en
calles, barrios, urbanizaciones, pueblos, caseríos y ciudades. Parece derrota
antes que triunfo, y es que pudiera aplicarse la máxima de que ganando se
pierde y perdiendo se gana, solo que habría que escudriñar quien es quien en
esa ensalada sin nombre.
¿Ganaron los que llamaron a
la abstención? ¿Perdieron los que llamaron a hacer uso del ejercicio de la ciudadanía?
Es el juego de las escondidas, o mejor aún, el juego de la lleva. Aquí no se
corre para esconderse sin ser encontrado o evitar ser tocado para pagar
penitencia, se corre sin rumbo.
Las expresiones soeces
acerca de los partidos políticos y los políticos no cesan. El encuentro y el
debate es cosa del pasado. Todo apunta a la “estrategia deslegitimadora” con
fecha enero 10- 2019. Es el día “D” dicen unos. Ahora sí que es verdad. Que no
se chorreen los socialistas siglo XXI, dicen otros. A partir de ese memorable
día serán desconocidos por los gobiernos del mundo. Vendrán los marines, los
chupa sangre, los zombies, los sin hueso, los arrechos, y listo, fuera el déspota,
expresan los saltarines radicales. Por fin el olor a libertad ronda nuevamente
el amplio y desolado territorio nacional venezolano, anuncian los más audaces. Toda
una mezcla de sensaciones agradables o desagradables según su gusto, que describen
la ausencia de liderazgo opositor.
La estrategia de minorías antidemocráticas
para bloquear el voto como herramienta para dirimir diferencias políticas o
para transferir poder por la vía civilizada, a través del laboratorio
descalificador, ha encontrado eco en la opinión pública nacional. La
desconfianza está sembrada en los ciudadanos, y es que la incoherencia de los
dirigentes políticos también ha ayudado a fortalecer esa expresión de
inconformidad.
Ya no hay excusa. La
abstención y el voto han dirimido una confrontación sin cuartel, y la historia
se encargará de presentar elementos para que cada quien juzgue lo que crea
necesario. El 10 de enero está a la vuelta de la esquina. Después de ese día,
esperemos no tener que oír a los ciudadanos decir: ¿ahora qué?
Arturo Molina
@jarturoms1
jarturomolina@gmail.com